Todos conocemos casos tan repetidos como Nou Campanar (monumento) o Sueca (iluminación), fallas que han marcado un listón demasiado alto para sus competidores. Sin embargo, en los pueblos estos casos se repiten continuamente. Con presupuestos bastante más humildes que los que se pueden ver en la capital, estas fallas ponen el listón alto. Pero hay a quienes no les sirve ganar siempre el palet del monumento, sino que por norma tienen que ser los que ganen cualquier competición que exista, mientras sus competidoras luchan por alguno de esos primeros premios a los que han conseguido aspirar reduciendo el presupuesto de lo demás. Es tal la arrogancia de ciertas comisiones que les da igual lo que están trasmitiendo a sus hijos, un modelo en el que siempre hay que ganar con el dinero por delante. Y es que aunque la ambición es buena, no siempre lo es cuando te empeñas en conseguirlo absolutamente todo, sin dejar a los competidores que ganen ni siquiera los playbacks que con tanta ilusión dedicaron horas de trabajo.
Equipo Socarrats.
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